lunes, setiembre 25, 2006

El hambre

Hace unos días asistí a una boda civil. La invitación decía que ser realizaría a las 6:00pm. Obviamente me fue imposible llegar a esa hora. Salí algo apurado de casa cerca de las 7:00pm, no tuve tiempo de nada, pensando que no demoraría en cenar.

Al llegar al local de la ceremonia esta no había comenzado aún. Luego de aproximadamente 15 minutos llegó el representante del alcalde para casar a los amigos. La ceremonia fue relativamente corta, no duró más de media hora. Ya empezaba a sentir hambre, desde que tengo gastritis la sensación en algo intensa y molesta.

Al terminar la ceremonia se realizó un brindis. La cena ya estaba servida en las mesas del buffet desde que llegamos, pensé que luego nos invitarían a cena, pero no fue así. Los novios desaparecieron. Al principio pensamos que irían a cambiarse de ropa para estar más cómodos y que pronto volverían. Mientras tanto entretenían a los invitados con tragos. No podía tomar licor y no servían otra cosa para beber.

Pasaron las 8, 8:30, mi malestar por el hambre ya era molestia y me estaba poniendo de mal humor. Si no era un familiar cercano o alguien importante para Di, hace rato me habría ido a otro lugar para cenar. Salí a comprar agua para tomar y un paquete de galletas para calmar el hambre.

Llegó las 10:15 para que los novios aparecieran, y para colmo realizaron los juguitos de la ronda con cerveza, el lanzamiento de bouquet, la cinta de la torta, el intercambio de ligas. Cenamos recién cerca de las 11:00. Ya no soportaba más.

Si bien me parece una total falta de consideración por los invitados, el que tiene la culpa soy yo por no haber comido algo antes de ir a una de estas ceremonias. Ya me había pasado antes, pero no aprendo. Felizmente mis demonios no llegaron a presentarse, aunque algunos dicen que la cara ya la tenía. ¡Qué miedo!

El último sábado teníamos un almuerzo de trabajo a las 2:oopm. Nos dirigimos a un restaurante, en La Victoria. Pedimos piqueos mientras que conversábamos. A las 2:30 realizamos los pedidos. Seguimos con lo nuestro, al terminar cerca de las 3:30, ya teníamos mucha hambre, pero no llegaba ninguno de nuestros platos. Reclamamos, pero sólo nos pidieron disculpas.

El primer plato en salir fue el mío, cerca de las 4:00, el siguiente llegó unos 15 minutos después y el último plato llegó a las 5:00. Es increíble como se demoraron en atendernos. Creo que últimamente me están castigando. Al final conversamos con la dueña del local, que nos pidió disculpas y nos ofreció disculpas, pero al vernos tan molestos nos ofreció un descuento especial. Creo que a partir de hoy voy a andar con mi paquete de galletas en el bolsillo.

2 comentarios:

Marea dijo...

La verdad que yo también me recontra molesto si tengo hambre y no sirven la comida. Cuando dices que no te invadió el demonio, te imaginé como Linda Blair en el exorcista cuando se le metía el diablo y se ponía horrible.

Anónimo dijo...

jajaja, de acuerdo contigo maestro, en lo personal, oido ese tipo de eventos, primero porque no me gusta la corbata, el saco y los zapatos me destrozan las patas, y segundo, precisamente por la comida.
Saludos