lunes, enero 22, 2007

La muerte de un viajante

No puedo dormir, faltan sólo unos minutos para la 1 am. Tengo cinco horas para dormir. Hace poco más de una hora que he retornardado de la puesta en escena de la obra “La muerte de un viajante” de Arthur Miller, en el Centro Cultural de PUC, con la dirección de Edgar Saba y con la actuación de Alberto Isola, Milena Alva, Alfonso Dibos, Sergio Llusera. Además Carlos Victoria, Renzo Schuller, Cécica Bernasconi, Adolfo Aguilar, Christian Thorsen, Cipriano Proaño, Paloma Yerovi y Mirtha Ibáñez. (Espero haber escrito bien los nombres)

Algo que llamó al ingresar mi atención es que el montaje se realiza al aire libre en un escenario natural, una casa parcialmente demolida, donde se pueden ver los distintos ambientes.

No he tenido la oportunidad de leer la obra, en si dramática, talvez trágica, me arrancó unas cuantas lágrimas en sus partes emotivas. Pero la razón por la que escribo al respecto no es para relatar la historia, ni comentar lo buena que me pareció la obra, o en todo caso el buen desempeño de los actores.

Últimamente me parece que la vida me está tratando mejor, logrando mis metas, sintiéndome muy afortunado y digamos feliz planeando el futuro con Di.

El impacto principal de la obra es el comportamiento del protagonista, Willy Loman, representado por Alberto Isola, quien en algún momento pudo ser muy tierno, consentidor y cariñoso, en otros se torna molesto, pierde la paciencia y se vuelve abusivo, grita, tira las cosas, pierde totalmente los estribos y no es capaz de darse cuenta de su comportamiento en ese momento. Salieron sus demonios al ataque. Es como ver mi comportamiento, representado por un prestigioso actor.

Ha sido como sentir una cuchillada. No sólo por ver que ese comportamiento no lo lleva a nada positivo, además porque se puede ver en la representación el daño que hace esta conducta a las personas de su alrededor, personas que lo quieren mucho y que tratan de hacer todo lo posible por su bienestar.

Otra puñalada es ver la tristeza, decepción, desesperación, frustración, cólera, hasta llegar a una depresión que lleva a una persona a quitarse la vida. Justamente el tema que me empujó a decidirme empezar a escribir este blog hace unos meses, recordándome la perdida de un amigo, herida que pensé ya había cicatrizado.

Si bien he visto películas en donde se puede ver este cuadro, en está ocasión el impacto que he recibido ha sido muy grande, que me siento herido, me ha dejado muy pensativo, algo preocupado, por los comportamientos que nos pueden llevar a tomar decisiones tan drásticas, para algunos actos cobardes. Siento un escalofrío, algo de miedo.

lunes, enero 15, 2007

Paro Made in Perú

En realidad ando un poquito ocupado como para escribir, pero hay cosas, negativas, que me parece sólo pueden suceder aquí. Si bien ahora último nos enorgullesemos de la industria Made in Perú, y en el general la empresa y la gente se está preocupando por mejorar y ser más competitivos, hay cosas que aun no cambian, y que son muy peruanas, ya antes me he quejado de la hora peruana y otras joyas.

Hoy no había transporte público urbano. ¿Por qué? Pues los transportista no han salido a trabajar, están realizando una protesta para no pagar las papeletas, multas de infracciones de tránsito. El colmo, y no es la primera vez. La gente ha estado horas parada esperando que pase un micro, una custer o una combi. Muchos han estado horas parados esperando que pase un micro, custer o combi, otros han tenido que caminar, sacar su bicicleta, y algunos pagar sobreprecio a los taxis que no perdieron la oportunidad.

Lamentablemente la sólución rápida para todos los que utilizan este medio de transporte es que se les perdone para que levanten en cuanto antes este paro. Pero a mi parecer no es así, a largo plazo imaginense, si sigue asi, los criminales (los conductores de transporte público) seguirán infringiendo la ley, sin respetar las reglas de tránsito, si ya es un caos, esto será una catástrofe.

domingo, enero 07, 2007

La primera semana del año

La semana pasada había tenido mucho trabajo pesado, así que el fin de semana pasado la pasé en la playa, de pesca, aprovechando que el lunes era feriado, para descansar y comenzar bien el nuevo año. En realidad la pesca no estuvo tan buena como la de la semana anterior, pero no me quejo, es la terapia perfecta. La celebración por la llegada del nuevo año fue tranquila, unas cuantas cervecitas y unos cuantos fuegos artificiales.

Esta foto la tomó Di, porque yo andaba un tantito ocupado asistiendo al pirómano, perdón al pirotécnico. La verdad es que me dan mucho miedo estas cosas, pero ni modo.

Desde el día martes hasta hoy fue full trabajo, terminaba todos los días tan agotado que no tenía ganas ni de pulsar una tecla. Hoy después de una breve siesta al inicio de la noche, me sentí ya muy tranquilo, salí a cenar y fui al cine con unos amigos. Por cierto hace años que no iba al cine. La última vez había sido para ver El Exorcista (ya hace varios años). Ahora aprovecho para escribir unas cuantas líneas por aquí, aunque no tengo mucho que decir. Dentro de un rato más voy a arpovechar para visitar los blogs amigos que no leo desde el año pasado.