lunes, diciembre 01, 2008
Un ángel a mi lado
Después de mucho tiempo, me asomo por aquí tímidamente. Escribo, borro, escribo, corrijo y vuelvo a comenzar. Regresar a este espacio, resulta más difícil de lo que pensé. Creía que fácilmente volvería, cuando quisiera y contara de un espacio en mi nueva vida, como ahora, dándome un respiro y tomando plácidamente un café en un balcón, y escribiría todo lo que he ido acumulando en mi mente en estos largos meses, y todo sería como hace un par de años. Pero no es así, ha pasado demasiado tiempo, demasiadas cosas. Mi mente se ha adormecido, las letras no fluyen y no logro ordenar las ideas.
Los demonios nunca se fueron, siempre estuvieron escondidos en mí. Después de varios meses de calma, cuando parecía que me había deshecho de todos por fin, casi me invaden. No con ataques de furia, ahora más bien con golpes bajos, golpes al ánimo y a mi mente. Es increíble su fuerza e insistencia. Quisieron aprovecharse de mí en un momento muy vulnerable, con muchos cambios en mi vida. Con tan sólo unos meses de feliz matrimonio, nuevo de lugar de trabajo, con la enfermedad rondando, accidentes, pérdidas,... ya el cansancio del cuerpo llevaba ventaja y el sueño, o más bien la falta de él, ganaba cada vez más terreno.
Por poco y ganan la batalla, pero aún con tanta astucia no me han podido vencer. Estoy aquí, y recuperando, tal vez ganándoles terreno, luchando y con la frente en alto. Ahora tanta felicidad, mezclada con tantos cambios y golpes superados han dado un gran resultado: un Enakam más fuerte, optimista y decidido…, quisiera decir invencible, pero aún no me atrevo, … y con 20 kilogramos menos. Y mucho gracias a mi esposita.
Es gracioso, porque muchos amigos me dicen que lo usual es que luego de la boda uno suba de peso, y dicen en broma, que a mí me sucede lo contrario porque mi esposa no me trata bien y que no me da de comer. Pero ellos no saben realmente todo, no saben por lo que he pasado. Yo sólo sonrío.
En realidad sucede todo lo contrario, ella, mi esposita, ha sido un gran apoyo .Todo este tiempo, siempre a mi lado, siempre preocupada y brindándome ayuda. Siempre supe que era una súper persona, con increíbles cualidades, que podría contar con ella en los momentos más difíciles. Por eso y por muchas otras razones siento que he tenido mucha suerte en cruzar nuestros caminos y decidir continuar lo que nos resta juntos.
Pero no deja de sorprenderme cómo lo hace, con dos trabajos y sus estudios, nunca estuvo ocupada ni cansada para mí. Me hace sentir que tengo un ángel a mi lado.
Amo a mi esposita. Ella es mi ángel.
Fotografía: Enakam.
jueves, mayo 29, 2008
Otro atardecer
martes, marzo 18, 2008
Atardecer en Lima
No podía dejar de compartir esta toma del cielo en el atardecer del viernes pasado.
Se que tengo muy descuidado este lugar. La verdad es que me gustaría volver con la frecuencia de antes, pero por el momento es muy difícil. También extraño visitar y leer los blogs amigos.
Estoy en un periodo de transcisión donde ha habido demasiados cambios favorables en mi vida y creo que eso es tan valioso, que sigo dedicado a pulir pequeños detalles para que todo salga de maravilla.
Se que tengo muy descuidado este lugar. La verdad es que me gustaría volver con la frecuencia de antes, pero por el momento es muy difícil. También extraño visitar y leer los blogs amigos.
Estoy en un periodo de transcisión donde ha habido demasiados cambios favorables en mi vida y creo que eso es tan valioso, que sigo dedicado a pulir pequeños detalles para que todo salga de maravilla.
viernes, enero 11, 2008
Positivo
Se me pasó muy rápido el año 2007. Los últimos meses casi ni los vi. No llegué a hacer un balance al detalle, pero se que el resultado ha sido positivo. Y de este año ya se me pasó enero. Miles de cosas están pasando, me gustaría compartir todo lo que está sucediendo en mi vida, pero por diversas razones no puedo hacerlo. Todo está siendo positivo, felíz como nunca, sólo lamento que por ahora no pueda detenerme a disfrutarlo.
Es increible cómo puede cambiar tu vida, y tu percepción de ella, en tan poco tiempo. Las situaciones positivas vienen unas tras otras, y las negativas las puedes manejar tranquilamente.
Tengo varios post que se quedaron en el tintero, mejor dicho en la pc, y creo que seguirán allí. Otros ni siquiera eso, los tenía en mente y como mi mente es tan traicionera los perdí.
Hace un par de semanas tuve la oportunidad de tomarme un día de descanso, y lo aproveché para ir a la playa. Pero después de tanto tiempo sin darme un respiro, decidí sólo ir a descansar, así que como nunca, no llevé nada para pescar. Pensé que si llevaba mi equipo de pesca, aunque diga que voy a descansar, lo más probable era que me pase todo el día en la playa intento tras intento sin resultados.
El mar estaba muy movido, así que llegando a la playa no me arrepentí por haber dejado mi equipo de pesca en casa. Después de unas horas, me ofrecieron prestarme una caña, carrete, nylon, anzuelos, etc. Es decir, de todo. No pasó mucho tiempo para animarme, aunque mientras armaba mis anzuelos veía que nadie sacaba nada. Hice todo con lentitud, cómo quien no quiero la cosa. Una vez que tenía todo el equipo armado, camino unos 100 metros, y a los segundos siento una fuerte picada. Era un zorro de 2,5 kg. A los minutos, en un nuevo intento saqué un burrito, algo más pequeño.
Ese día quedé satisfecho como pocas veces por el descanso y por el regalo que me dió el mar cuando no lo esperaba.
Es increible cómo puede cambiar tu vida, y tu percepción de ella, en tan poco tiempo. Las situaciones positivas vienen unas tras otras, y las negativas las puedes manejar tranquilamente.
Tengo varios post que se quedaron en el tintero, mejor dicho en la pc, y creo que seguirán allí. Otros ni siquiera eso, los tenía en mente y como mi mente es tan traicionera los perdí.
Hace un par de semanas tuve la oportunidad de tomarme un día de descanso, y lo aproveché para ir a la playa. Pero después de tanto tiempo sin darme un respiro, decidí sólo ir a descansar, así que como nunca, no llevé nada para pescar. Pensé que si llevaba mi equipo de pesca, aunque diga que voy a descansar, lo más probable era que me pase todo el día en la playa intento tras intento sin resultados.
El mar estaba muy movido, así que llegando a la playa no me arrepentí por haber dejado mi equipo de pesca en casa. Después de unas horas, me ofrecieron prestarme una caña, carrete, nylon, anzuelos, etc. Es decir, de todo. No pasó mucho tiempo para animarme, aunque mientras armaba mis anzuelos veía que nadie sacaba nada. Hice todo con lentitud, cómo quien no quiero la cosa. Una vez que tenía todo el equipo armado, camino unos 100 metros, y a los segundos siento una fuerte picada. Era un zorro de 2,5 kg. A los minutos, en un nuevo intento saqué un burrito, algo más pequeño.
Ese día quedé satisfecho como pocas veces por el descanso y por el regalo que me dió el mar cuando no lo esperaba.
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